Hay días en que nos resulta difícil decidir que comida hacer. Parece que se nos han acabado las ideas.
Hay otros en que no tenemos ganas de complicarnos en la cocina.
Otras veces, no tenemos tiempo.
Para esos momentos, lo mejor es la improvisación. Abrir la nevera y la despensa con la mentalidad muy abierta y obrar según la inspiración del momento.
Así se ha producido la gestación de esta ensalada. Una bolsa de brotes, un tomate, unas lonchas de jamón serrano y para el toque diferencial un higo ahora que está en su mejor momento.
La segunda parte, es el aliño. Desde el básico de aceite, vinagre y sal, hasta la mas elaborada vinagreta.
(ver vinagreta-1, 2 y 3)
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